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 En marzo Poesía en Córdoba

 



PRESENTACIÓN LA LEJANÍA. CUADERNO DE MONTEVIDEO EL 22/08/2013 A LAS 19:00 HS. CCEBA SEDE FLORIDA 943 UN LIBRO DE CONCHA GARCÍA PARTICIPA: ALICIA GENOVESE
Notas para la presentación de La lejanía. Cuadernos de Montevideo de Concha García Me gustaría comenzar, valga la redundancia, por el comienzo de La lejanía. Cuadernos de Montevideo. Dice en su primera frase este libro de Concha García: “Es posible que mi conciencia de la desgracia me obligue a deambular”. Una frase densa, con capacidad para desatar la escritura y en ese sentido iluminada. Un comienzo extraño, como si la conciencia de la desgracia fuese la motivación secreta de los viajes y de éste en particular. No hay sin embargo, en este libro ninguna desgracia visible, hay sí una melancolía productiva y momentos de un regocijo silencioso, de honda reflexión. Entre sus reflexiones la que retorna una y otra vez es la que alude a la necesidad de lejanía y a su búsqueda. Esa lejanía, que viene atada a los viajes, a los desplazamientos de la cotidianeidad , es la que permite silenciar el entorno y los ruidos habituales para dejarnos con nosotros mismos sin premuras ni urgencias. En la sensación de extranjería y anonimato que dan los viajes, una mujer se piensa a sí misma, al desplazarse por una ciudad que va descubriendo o al permanecer en un cuarto de hotel con sus acotadas dimensiones. Ella, la mujer que escribe, regresa por momentos a su pasado, a su infancia, a las personas que amó y que reaparecen en la soledad de su estar presente. Este libro es un diario de viajes, un diario de viajes muy particular por su carga reflexiva que lleva a la mujer que lo escribe, a mirarse constantemente en el espejo de una ciudad que no es la suya, una mirada hacia adentro impelida desde un paisaje que no es el propio. “Poco se necesita para viajar, pocos objetos, se necesita salud, curiosidad, impulso”, dice Concha García, la hablante en estos diarios, mientras recorre las calles de Montevideo, su tranquilidad arbolada y va a dar clases a la universidad. Mientras consigue libros de poesía uruguaya o Latinoamericana en las librerías locales y se queda presa de alguna imagen, de alguna idea, de algunos versos de Delmira Agustini o Marosa Di Giorgio, por ejemplo. No es sólo el diario de una viajera española que llega al Río de la Plata, es el diario de una poeta que busca su realidad. Porque tal como dice Concha García en un pasaje: “La realidad, como escribió Paul Celan, no está dada, la realidad necesita ser buscada” (p.39). Y agrega García: “la lejanía no se halla en lo que se presupone con la afirmación ‘está lejos’ (…) Sabes que en cualquier momento puedes llegar al otro lado, y aún así, siempre habría otro anhelo lejano” (39). La lejanía es entonces inalcanzable como el deseo que siempre se desplaza, no hay posibilidad de apresarlo, si se lo apresa deja de ser deseo, diría Lacan, lo mismo sería entonces aplicable a la lejanía, siempre reserva un más allá. Su cualidad es ser inasible y motorizarnos hacia su alcance. Este “Cuaderno de Montevideo” que así se lo llama, “cuaderno” como quien no quiere, a pesar de la publicación en libro, hacerle perder su origen de escritura privada, de precario o despojado arribo al sentido. En muchos momentos, este cuaderno se convierte en el lugar que reorganiza la subjetividad de una escritora que deambula por una ciudad a medias conocida, a medias familiar. Lo hace fascinada por ese estado de excepción que impone el viaje, por el interjuego entre el afuera de la otra orilla y el yo que se llena de interrogantes y de provisorias respuestas. El viaje de este libro se inicia en Barcelona y la estadía es en Montevideo, si algo puede decir la mención a los lugares. Abarca unos dos meses, si es que algo puede decir la coordenada temporal. Lo cierto es que como todo diario, este también obedece a las reglas del género, la fecha al comienzo de cada entrada, la referencia física a todo lo observable. Pero se reemplaza la minuciosidad habitual del género, el detallismo exótico de los viajeros del siglo XIX por ejemplo, con el efecto de subjetividad sobre el que constantemente recae la escritura. Dice Concha García en uno de los conmovedores momentos de este diario “Me gustaría olvidarme de la que fui. No saber nada de ella. Aferrarme solo a la posibilidad del azar. Vivir me ha cansado tanto que quiero volver a nacer.” El viaje es el posibilitador así, de nuevos nacimientos. No me queda más que agradecer la presencia de Concha García, sus viajes, que ya repite como un rito, y que vienen generando un fértil intercambio con nosotros, escritores y poetas argentinos. 


 Festival Internacional de Poesía 2013 (3 al 8 de mayo)

39 Feria del Libro de Buenos Aires
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